martes, 23 de mayo de 2023

Malas noticias y bajo perfil




Increíbles (o no tanto) estas mini-columnas de la revista Noticias del grupo Perfil.  Las verdaderas mentiras del macartismo antifascista, aunque en una línea no-bolche. Un asco. Las paso acá en imágenes. Más abajo copio el comentario crítico que les hice hace muy poco en mi muro de FB (esta versión está corregida)




Ariel Goldstein miente exagerando ridículamente por un lado, y soslayando la esquizofrenia de la izquierda progresista en su actual alianza woke-commie. Goldstein denomina radical a la derecha que no demanda perseguir ni agredir a nadie (de hecho, no creo que contemple otro tipo de derecha), pero no llama radical a la izquierda de Podemos, que la inició Zapatero manipulando la situación de Venezuela para que la tiranía de Chávez y Maduro llegara al poder dirigida por su verdadero beneficiario: el imperialismo del Partido Comunista cubano. Habla entrecomillando "censura" en medio de la cultura de la cancelación y la hegemonía mediática que le es cómplice hasta de bloquear a un presidente o de que se elogie por esa misma vía a quienes destruyen estatuas de Washington por haber tenido esclavos e incluso de Lincoln, y que linchan a quienes se les oponen, con total impunidad legal y hasta complicidad gubernamental.
Ahora bien, lo de José Benegas no tiene nombre. Está convertido en un completo chanta, temo decirlo del que fuera yo amigo. Realmente no hay palabras. Me remito a señalar mentiras y decir la verdad en su lugar:
1) Que la estrategia política de Milei sea populista, no dice nada del contenido doctrinal y programático del frente o partido que lo utiliza.
2) Entrecomilla lo de "las buenas costumbres" como si no significaran nada, y se la achaca a un (literal) "nacionalismo cristiano internacional". Parece joda. La conspiración de los nacionalistas cristianos... ¡e internacional! Parece el torturador de 1984 hablando de la resistencia, que no es ni siquiera una organización. Mientras tanto, la verdadera hegemonía recibe subsidios de organismos privados y públicos internacionales para hacer ingeniería social y reformas culturales, con el silencio que les posibilita la censura que ejercen las redes sociales, ahora un poco más aliviada gracias a que la tortilla se ha dado vuelta y también gracias a la intervención de Elon Musk en Twitter y la revelación pública de cómo estas redes se volvieron filiales de Washington y, antes, de ala radical del Partido Demócrata.
3) ¿Un despotismo barato en impuestos? Qué clase de finalidad tiene ese despotismo, me pregunto.
4) Habla del electorado de Trump como si fuera una insurrección armada, de Vox como si fueran falangistas jaj o sea un movimiento fascista que reorganizará totalitariamente a España
5) Autócrata iliberal como Orbán, dice. O sea: admite que lo que le molesta es que las autocracias no sean tan liberales como él quiere, o lo que él ahora llama "liberales" que ya prácticamente es un maoísmo multicolor.
6) ¿Asociar de manera arbitraria el gasto público a cualquier cosa favorable a las minorías (¿qué minorías?) y las libertades personales? ¿De qué habla? Sí, habla de engendros como el INADI y el Ministerio de la Mujer y los mil y un financiamientos al lobby LGTB.
7) Dice que esta nueva derecha habla de "extirpar minorías". Un disparate y una mentira ridícula, salvo para los idiotas útiles que ayer él despreciaba y supongo lo leen a él en este pasquín.
8 ) Entrecomilla "ideología de género". ¿Cómo lo quiere llamar? ¿Perspectiva de género? ¿Políticas de género? Que me diga en qué cambia eso el carácter ideológico de una cosmovisión de falsificación de la identidad, que debe imponerse a todos (incluidas sus "minorías") so pena de escraches y ostracismos bajo presión política... o sea: VERDADERAS metodologías más que fascistas, ya nazis, que él soslaya y hasta apoya. Pues bien, resulta -y esto lo ha comentado Hayek sin ser conservador- que el cosmopolitismo ha terminado siendo más intolerante que el tradicionalismo, precisamente cuando llega a rechazar las tradiciones. Y eso pasa cuando se recrimina a todo valor tradicional como intolerante, como si además no tuviera el derecho a serlo: obligar a que la gente sea tolerante es mucho más intolerante que la intolerancia de la gente. La tolerancia es un valor en tanto y en cuanto las personas tengan algo que tolerar. El fin de la tolerancia, si acaso tiene uno, es precisamente aguantar los principios ajenos, no aceptarlos como propios. El fin de la tolerancia es que puedan convivir formas de vida que no se acepten mutuamente. El fin de la tolerancia no es exigir que la gente no tenga tradiciones ni principios propios para evitar el rechazo que podría llevar a la intolerancia. La laicidad es para hacer convivir comunidades y religiones bajo una misma sociedad y Estado, que incluso puede adoptar y fundamentarse en los principios de una religión (de hecho, en realidad la requiere). La laicidad en lo público está para proteger y hacer convivir gente cuya vida privada y hasta pública no es laica. La laicidad no está para protegerse a sí misma. La laicidad, se supone, no está para vaciarle el cerebro a las personas, para que no tengan otra vocación que la laicidad misma y por ende que nadie pueda tener religiones o comunidades de tradiciones y/o religiosas. La laicidad es la política de un Estado plural. El laicismo es la ideología de un partido único secular. Es por esta idea repugnante de laicidad vuelta pseudo-religión, que ninguna religión ha sido tan intolerante y genocida como el ateísmo cuando ha tomado el poder. (Creo que he resumido sobre este tópico las posiciones de Kenneth Minogue y Michael Polanyi en un solo párrafo).
9) Lo de que paleoliberalismo es un engendro conceptual es un disparate. Es simplemente la corriente de pensamiento que está en la vereda opuesta del neoliberalismo como globalismo tecnocrático, y es una referencia terminológica a la distinción entre paleoconservadorismo y neoconservadorismo, ambos movimientos con profundos orígenes intelectuales: Paul Gottfried y Leo Strauss, para empezar. Habla de "el alemán Hans-Herman Hope" (la aclaración de la nacionalidad es muy graciosa: parece sacada de un film de los aliados... y lo es más que ni siquiera sepa escribir Hoppe con doble "p"), y miente afirmando que para Hoppe el Estado sea un "estorbo" a la "supremacía blanca heterosexual" [sic]. ¿Qué supremacía? ¿Se refiere con supremacía a que en Estados Unidos la mayoría es blanca y a que en el mundo la heterosexualidad también lo es? ¿Acaso va a responsabilizar a la "heteronormatividad patriarcal" en vez de a la biología? Sería muy gracioso viniendo de un liberal el creer que hay "opresiones sociales" sin mediación de coerción alguna, y que sin embargo requieren de una intervención política, coercitiva, para... bueno, para corregir a estos opresores culturales curando sus mentes "reaccionarias" y liberar así a los que son oprimidos (ofendidos) por sus pensamientos y conductas. O sea: una revolución cultural a la china, pero en versión snob y aburguesada, yanqui y europea. Dice José que se ha extendido en dicho análisis en su libro titulado Lo impensable. Me pregunto si sería más bien "lo ilegible". Especialmente luego de ver el tonto subtítulo, dado que lo de llamar "fascistas" a los "liberales asustados" es tan viejo como todo el resto de la retórica poco feliz de la URSS: nada tan "impensable". A diferencia del discurso randiano que tenía cuando escribió su primer libro La moral del violador, Benegas ya parece un "liberal" pero en el sentido que se usa al término en USA (i.e. el socioliberalismo ya de principios del siglo XX o "modern liberalism"; ver imagen de este posteo para hacerse una idea del tipo de sujeto pedante, creído más allá de la izquierda y la derecha, que este tipo de liberalismo de izquierda suele ser, y ni hablemos hoy día que ya no le queda nada de su herencia socioliberal a la John Stuart Mill, salvo excepciones notables que denuncian la ideología woke como el humorista Bill Maher).
10) Relaciona "prohibiciones de libros" con que se deje de imponer la agenda de la Educación Sexual Integral, un programa simultáneamente impuesto por una bajada de línea de la UNICEF usando de proxy a los gobiernos nacionales, directamente a los chicos sin el consentimiento de los padres, violando los propios estatutos de la Declaración de los Derechos del Niño de la ONU y la UNICEF. O sea, aclaración necesaria: confunde prohibiciones con retirar ciertas lecturas como obligatorias, ya que obviamente siguen siendo opcionales... a menos que confunda la libertad de cátedra con el poder de los Ministerios de Educación y no con los profesores que deben obedecerles; por lo cual un cambio de biblografía en una currícula implicaría siempre un pira con libros en la febril imaginación gris y políticamente correcta de Benegas. La Educación Sexual Integral es la que realmente censura contenidos e impone a organismos estatales y privados el adoctrinamiento en feminismo y perspectiva de género. No sólo no es opcional para los educandos, sino que tampoco lo es para los padres, y ni siquiera para la comunidad política en elecciones. Si se resisten, es porque quieren abusar de sus hijos y privarlos de su derecho a conocer la verdad oficial, cuando en realidad el derecho de recibir información implica también el derecho a recibir su crítica o bien de lisa y llanamente rechazarla. De hecho, se iguala el derecho al libre uso del propio cuerpo con la imposición sin derecho a resistencia de un programa educativo que promoverá que el chico descubra contra sus creencias cuál es su "verdadero género" del cual parece que la libertad depende. Véase: la libertad sexual de "elegir" a qué genero pertenecer y con quién acostarse. No, obviamente, las libertades civiles de expresión (que importan un bledo si predican el odio contra las minorías de parte de quienes no quieren darles privilegios legales). Curiosamente al mismo tiempo se mutila también esa supuesta libertad de elección sexual porque se criminaliza la heterosexualidad y la acción libre del sexo masculino en las relaciones sin un consentimiento explícito de las mujeres, que son el "género oprimido". Es tal la esquizofrenia totalitaria de la ideología de género (recomiendo ver el documental "What Is A Woman?"), que se criminaliza como "terapias de conversión" a las terapias para volver a reconocer el sexo biológico real ¡mientras que a las terapias de "reeducación" para descubrir que uno NO sería del "género" con que nació por su sexo, se las llama "terapias de aceptación"! ...y que termina en convencer a menores de edad prepúberes incluso a la mutilación de sus genitales y la hormonización mediante exactamente el mismo proceso que hasta ayer se llamaba por su nombre: castración química. En varios países de Europa, estados de USA y en Canadá, entre otros, el derecho a disentir con la ESI implica perder el trabajo, literalmente. Un programa de sexualización infantil en nombre de que los hijos ya nacen sexualizados, y así deducen que hay que liberar esa sexualidad con la excusa enfermiza y delirante de que es la forma de protegerlos del abuso sexual. Y esto lo dicen al mismo tiempo que promueven, por los mismos principios ideológicos, la pe***ilia para darle derechos sexuales a los niños (con otros niños o con adultos, les da igual) en caso de que muestren "consentimiento" [sic], como dijo abiertamente Irene Montero. ESO es la ESI, que parece que fuera una suerte de movimiento extracurricular libre y opcional para el individuo, pero que no lo es. Es, para hacer una analogía, una suerte de versión totalitaria de educación cívica partisana, que fuera obligatoria porque sin ella seríamos analfabetos mentales en materia política, y por ende no se podría disfrutar de libertades que se supone garantiza el Estado de Derecho. Exactamente lo mismo, pero aplicado a la una pseudo-libertad sexual, que en realidad no es ni verdadera libertad ni verdadera sexualidad.
11) Dice que Milei habla de hacer una dictadura plebiscitaria, pero esto también es absolutamente falso: Milei simplemente dice que si el Congreso no apoya aquello que DIJO apoyar en las elecciones y traiciona a su electorado, haría consultas populares para enrostrárselos en la cara sólo y simplemente a los diputados que no cumplen sus promesas electorales (con excepción del peronismo K y los troscos, el resto hoy tiene a todos nuestros congresistas disfrazados de liberales económicos). Insisto: Milei no habla de hacer ninguna democracia plebiscitaria.
Tema extra, que puede parecer una cuestión menor pero no lo es: Benegas dice que Weber denominaba a ésto "dictadura plebiscitaria", pero Weber jamás usó ese término. Simplemente mencionó los problemas y beneficios de una "democracia plebiscitaria" (esto sí lo dijo) y habló de su carácter iliberal. Pero no habló de que implicara una dictadura. Weber era un científico, no un propagandista. Simplemente mencionó que PUEDE ayudar, con una suma de otras condiciones, en una dictadura. Que eso depende de una estructura de poder político con caracteres de legitimación carismática, lo cual per se tampoco implicaba necesariamente una deriva dictatorial ni mucho menos. De hecho la legitimación carismática es siempre el paso previo de toda transformación social previa a le legitimación burocrática.
Realmente, José, un cero en ciencias políticas.
12) Dice que los votantes "militantes" de Milei (así, como si recibieran un adoctrinamiento que les dan) expresan "abiertamente" posiciones en favor de la "xenofobia" (¿dónde?), de la "homofobia" (¿dónde? ...y lo más importante ¿qué es eso?) y de la "transfobia" (en serio, dice ésto). Ya con lo de transfobia se pintó de cuerpo entero como parte de la policía del pensamiento de la secta woke y sus guardias rojas. Supuestamente Javier también tendría esta xenofobia+homofobia+transfobia (sí, se olvidó de LGTBfobia), pero que, oh, las "calla". Si las "calla" ¿de dónde la sacan sus militantes? ¿De Agustín Laje? Tampoco. Me gustaría saber en qué momento promueve esta nueva derecha atacar a extranjeros, homosexuales o "transexuales". Y además el uso político de la palabra fobia es increíblemente gracioso, porque se pretende científico y con características médicas, en línea con la psicología, cuando de hecho las fobias no cumplen ninguno de los requisitos de lo que ellos dicen que es una fobia, que a lo sumo sería en realidad discriminación o repulsión... (otra aclaración para despistados: los fóbicos temen y tienden a huir de lo que temen, además de que desean dejar de temer lo que temen; el fóbico no hace una apología de su fobia, ni tiene ningún "odio" contra aquello que teme, etc. etc.). Ahora bien, a lo se quiere referir con estas falsas fobias, ya no existe, y que igualmente no serían enfermedades mentales sino meramente prejuicios agresivos (o deseos violentos contra tal o cual grupo de personas). Cosas que ya casi no suelen ser el sentimiento de casi nadie, y esto incluye a la nueva derecha, a cuyos votantes de pronto Benegas pinta como militantes atacando vidrieras de... ¿transexuales? (sí, cual si fuera una escena de The Wall), en casi ningún lado. Pero obviamente él no se refiere a esos casos ya increíblemente aislados (ni siquiera está el mero delito de opinar que la homosexualidad es una patología). Se refiere, en realidad, a los que refutan a los mercachifles de la agenda de género y sus teorías hipócritas y pseudocientíficas, lyssenkoistas de pura cepa, del feminismo woke, el "género fluido" y la "opresión heteropatriarcal". A que un "trans" se ponga a hacer demostraciones de actos sexuales en público (cosa vedada al resto de los mortales ¡mujeres incluidas!) e incite a hacer genuflexiones sexuales a niños o frente a niños en un jardín para enseñarles tolerancia. O sea: personajes tipo de un capítulo de South Park que hace unas décadas eran ficticios y que considerábamos una parodia para denunciar delirios ideológicos, pero que ahora han superado la ficción premonitoria de aquella serie no-PC. Y bueno, Benegas relaciona la crítica a este basural de degeneración con... oh sí, adivinenen... ¡siempre está ahí un "Emmanuel Goldstein" internacional para que un "Gran Hermano" lo señale como la mano negra detrás de todos los males! Así es: Putin. O sea, según José, Milei va a tomar distancia de USA y va a adherir a... un supuesto orden internacional que propiciaría la autocracia de Putin. Estará drogado quizás. La realidad es que mucho más cerca estaría Xi Jinping de imponer un orden internacional con la complicidad abyecta de Biden, pero en fin, las cosas reales no le importan mucho a nuestro periodista que ahora la juega con los intereses de Fontevecchia.
13) La cereza del postre: Milei sería como Franz von Papen, dice Josecito. Para los que no recuerdan, se trataba de un oportunista político que ayudó a Hitler a ascender al poder. O sea que Javier Milei no es nazi, no, pero abrirá la puerta a un gobierno nazi. Ohhh ¿de quién se tratará? ¿Será de Agustín Laje? ¿De Nicolás Márquez? Oh, ya me imagino... debe ser de ¡Victoria Villarruel! Pero qué payaso te has vuelto, José. Yo pensé que solamente Página/12 había caído tan tan bajo en el panegirismo político, pero no, tampoco la izquierda progre de Noticias se salva. Ambos eran una cagada pero tenían cierto nivel. Supongo que hoy todos buscan un nicho para ser intelectuales orgánicos y cualquier idiota tiene un puestito, aun cuando sea de lejos más indigno que un acomodo en una municipalidad. Le recordaría a Benegas que para la radicalización, que tanto dice temer, se necesita una oposición idiota y, peor aun, idiota y también radicalizada. Si algo, siquiera algo, de lo que él dice de Milei fuera cierto, gente como José va a ser su mejor ayuda. En Alemania ocurrió exactamente así. Por suerte, hoy día los radicales peligrosos están de un solo lado, y no es de un montón de gansos redneck que deliberadamente se les permite meterse en un Congreso norteamericano para ¿ocuparlo? (supongo ahora a eso se llama un coup d'état: entrar, no poder hacer nada, no romper nada y salir luego de una gira turística). Nope. Los radicales peligrosos están del lado de los que incendian edificios y matan gente en la calle como Black Lives Matter, con metodologías de guerra civil molecular en pleno USA y con apoyo del Partido Demócrata para derrocar a Trump "limpiamente".
Para cerrar mi posteo sobre estos verdaderos "liber"-progres, una última reflexión para no terminar creyendo en la tierra cuadrada que pretenden desesperadamente inventar estos liberales mutados en anti-fascistas de corte estalinista:
Los únicos radicales (contra los que estos "liberales" no han movido, en serio, un puto pelo jamás), los verdaderos peligros para todo lo que dicen falazmente defender estos liberales, están realmente entre los que elogian a Venezuela y se dicen "liberals", o los presidentes que se dicen parte de una izquierda democrática pero cuando un Maduro manda a pisar estudiantes con tanques dicen frente a la inquisición de un periodista: "Y bueno, no se hubieran puesto enfrente" (esto no es un invento: es lo que dijo el ex-presidente de Uruguay, el señor José Alberto Mujica). Pero no, eso no importa, y los que lo denuncian probablemente sean anticomunistas por ser fascistas... como si el comunismo fuera menos malo. No no, claro, la amenaza al liberalismo, al republicanismo y al democratismo, está en Trump y Bolsonaro, y no en presidentes de izquierda realmente cómplices en un eje de países totalitario bien organizado y publicitado. Resulta entonces que la derecha, ahora que se vuelve más o menos real; ahora que es otro grupo y no una mera tecnocracia economicista bajo un grupo de profesionales de la política abyectos, que le deja los ministerios a estos energúmenos... ahora esta nueva derecha tiene que pasar a ser llamada "ultraderecha" o "radical", mientras que cuando la izquierda se vuelve (y sigue siendo ahora mismo) no sólo populista, sino además radical y violenta, o bien cuando la que ya era radical y violenta ocupa el lugar de la izquierda más institucional y realmente socialdemócrata, nadie dice demasiado de ella. Se la condena, pero nadie habla de "ultraizquierda". Pero la "ultraderecha" está hasta dentro de los huevitos kinder. Y menos se dice algo cuando esta izquierda radical, sea progresista o bolche, es útil para barrer con cualquier derecha real. En ese caso hasta se la puede elogiar por hacer dictaduras para acabar con los "delitos de odio".
Todo esto me recuerda un poco al Departamento de Estado de Jimmy Carter, que con tal de joder al Pentágono y a caudillismos conservadores mediocres en América Latina con pésimas excusas demócraticas y de "avanzada", fue capaz de apoyar subversivos cubano-soviéticos, dándoles en bandeja a Nicaragua. Y mejor no traer a la memoria el cuarto piso del Departamento de Estado y lo que se hizo allí en 1957 alojando a los barbudos con carnet del PC soviético para meterlos en Cuba. En fin, cosas del liberalismo de izquierda (aunque el original zafaba más). Ni hablemos de Kerensky que para defenderse de la "amenaza de los blancos" le dio armas a los bolcheviques que lo derrocaron. Así podemos llegar hasta los girondinos elogiando a los jacobinos incluso después de ligar varias guillotinadas, por haber limpiado el terreno de los obstáculos que quedaban para la burguesía frente a la reacción realista en la vida social tradicional, comunitaria y autónoma de los campesinos. Pero nuestros liberales de izquierda actuales, claramente son peores. Éstos nos venden como liberales a los propios radicales de izquierda que ayer les querían matar. Antes nos disfrazaban a los rojos de rosa. Ahora no hay disfraz, quizá porque deben creer que no es necesario disfrazar a los rojos de nada, siempre y cuando ondeen la bandera multicolor.
En fin, qué papel triste el que hicieron en la historia "liberales" tuertos como éstos. Y cuánto más triste es el caso cuando, como ahora, ya directamente actúan como ciegos pero simulan ver sólo con el ojo izquierdo.